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mientras acababa su carrera.
Una estética de JRPG que consigue algunos momentos preciosos. To The Moon cuenta la historia de un par de científicos que tienen una máquina muy especial que les permite viajar en los recuerdos de la gente e implantar vivencias artificiales. ¿Os imagináis poder morir pensando que fuisteis grandes héroes, que ganasteis mucho dinero o que tuvisteis una existencia perfectamente feliz? Ellos permiten que creas que así fue. Permiten que subsanes cualquier error. El cliente, esta vez, es John, un hombre muy mayor que está agonizando en su cama y que desearía haber estado en la Luna. ¿Por qué? Ni él mismo lo sabe. Para averiguarlo tendremos que entrar en sus recuerdos y navegar hacia atrás, presenciar los momentos más importantes de su vida y ser capaces de entender cómo cumplir su deseo.
Entre capítulos hay algunos minijuegos, pero su importancia es muy menor. La forma de viajar atrás en el tiempo es ir completando enlaces de recuerdos. Tenemos que detectar objetos clave de cada época y luego encontrar otro que nos sirva de anclaje, que haya estado en otro tiempo. No es nada difícil; de hecho el juego no es difícil en ningún momento. Incluso podríamos llegar a no llamarlo juego. Tiene poco de interactivo, mucha cinemática y mucho texto. Pero, ¿y qué más da? Esos sacrificios, si queremos llamarlo así, compensan; compensan porque la historia es arrolladoramente tierna, casi siempre sutil y cercana. Pocas cosas se han dejado al azar, pero siempre tienes la sensación de estar ahí, junto al Dr. Wyatt y a la Dr. Rosaleane, los científicos, y todo lo que van descubriendo también lo descubres tú, y lo vives, momentos dulces y momentos terribles.