Último juego de Mario RPG, divertido hasta el final.
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Dos pantallas, tres héroes, humor y mucho talento: una ingeniosa aventura de rescate. |
Mario y Luigi, los personajes más queridos de Nintendo, protagonizan nueva aventura en un RPG diseñado desde el humor, el desenfado y el talento propios de la fábrica de Kyoto. La doble pantalla de Nintendo DS deja espacio a la imaginación de los japoneses de AlphaDream para crear una de las mejores experiencias que ha visto la portátil en todos sus años de existencia. ¿Te vienes al centro de Bowser?
Son hermanos, fontaneros, italianos y los iconos más representativos de Nintendo. Los divertidos Mario y Luigi regresan a Nintendo DS y lo hacen con nueva aventura. Desarrollado por el estudio AlphaDream (autores de los anteriores títulos de la serie), Mario & Luigi: Viaje al Centro de Bowser es un nuevo intento por conseguir que seguidores de la gran N tengan nuevos motivos para sonreír y divertirse con un videojuego cargado de humor y mucho espíritu rolero.
Con tan sólo 40 empleados en plantilla, los nipones de AlphaDream nos dan una tercera entrega dentro de la saga Mario & Luigi que tiene muchas razones para satisfacer a cualquiera que posea una Nintendo DS.
Es verdad que nos encontramos ante un título enmarcado dentro de uno de los géneros más exigentes del mundo del videojuego, el del RPG. No obstante, Nintendo aporta de nuevo su talento para hacer mágica a la obra, además de accesible, con una calidad final apubullante que no solamente se refleja en una gran jugabilidad o duración, sino en una personalidad única y en un argumento disparatado que nos va a poner en el papel de Mario, Luigi y hasta el malvado Bowser a fin de rescatar a la bella princesa Peach.
Mario & Luigi: Viaje al Centro de Bowser es un RPG cargado de exploración, plataformas y combates por turnos, pero todo desde el punto de vista de Nintendo. En este caso, desenfado fontanero a doble pantalla.
Fontaneros al rescate
Mario & Luigi: Viaje al Centro de Bowser se basa en la sencilla premisa de salvar al Reino Champiñón, amenazado por una misteriosa infección capaz de hinchar desproporcionadamente a sus habitantes. Detrás de los sucesos está involucrado un antiguo enemigo de los fontaneros, pero no es Bowser, el cual engulle a nuestros protagonistas al principio de la trama. Ahora no nos quedará otra que intentar escapar del cuerpo del malvado quelonio con pinchos, además de encontrar a la princesa Peach mientras que salvamos al mundo. Es decir, una tarea sólo posible para Mario y Luigi.
Para articular este entretenido argumento, cargado de varias sorpresas, Mario & Luigi: Viaje al Centro de Bowser utiliza una jugabilidad a doble pantalla que divide al videojuego prácticamente en dos partes.
En la pantalla inferior tenemos la acción plataformera de Mario y Luigi, que saltan, resuelven algunos puzles y libran batallas por turnos para abrirse paso a través de las diferentes partes del enorme cuerpo de Bowser. Mientras, en la pantalla superior, controlamos al malvado quelonio, que explora el mundo desde una perspectiva isométrica (al estilo Zelda) para tratar de recuperar el castillo que el villano Fawful intenta arrebatarle.
En la pantalla superior, Bowser. En la inferior, Mario y Luigi. Este es el sencillo esquema de un videojuego que nos obliga a unir ambas experiencias de juego a fin de avanzar. Una idea tan original como divertida.
Dos pantallas, tres héroes y una aventura
Por tanto, tanto Mario, Luigi como Bowser tienen en esta ocasión un enemigo común. Ahora bien, ¿cómo controlarlos a todos a la vez? En este sentido, Nintendo ha resuelto magistralmente la situación, dándonos el poder de activar la pantalla superior (para Mario y Luigi) o la inferior (para Bowser) cuando lo creemos necesario. Y lo más interesante de todo es que muchas veces nuestras acciones en una pantalla tendrán efectos sobre la otra, estableciendo una relación causa-efecto tan ingeniosa como acertada, puesto que otorga variedad y profundidad a la jugabilidad del título.
De esta manera es como Mario & Luigi: Viaje al Centro de Bowser se convierte en un producto de lo más llevadero, donde las batallas al estilo RPG se entrelazan con la acción plataformera y exploratoria bajo la finalidad de que aumentemos nuestro nivel de experiencia y mejoremos tanto habilidades como ataques especiales o equipamiento.
A estos efectos, se ponen tiendas a nuestra disposición, además de unos frecuentes puntos de guardado que eviten la frustración del usuario. Y es que se nota que los nipones de AlphaDream no han dejado nada al azar, gracias a elaborados tutoriales que, además de simpáticos, consiguen que aprender todos los secretos de este Mario & Luigi sea un juego de niños.
Las batallas son por turnos, pero muy lejos de la seriedad de títulos como Final Fantasy o Dragon Quest. ¿Quiere decir eso que aquí sean menos divertidas? Todo lo contrario. Y es que Mario y Luigi son únicos para todo.
¡Mamma Mia!
Exploración, plataformas y batallas por turnos se juntan así en un videojuego que añade variedad al conjunto incorporando situaciones tan divertidas y desafiantes que constituyen en sí auténticos minijuegos. De esta forma, determinados ataques especiales durante los combates, así como momentos de la aventura muy concretos, nos van a obligar a ser habilidosos con los botones -pulsando en el momento exacto- o poner directamente de lado nuestra consola porque Bowser no quepa en la pantalla de la portátil.
Precisamente, esa última será una de las pocas veces en que tengamos que usar la pantalla táctil, puesto que Mario & Luigi: Viaje al Centro de Bowser confía en los controles tradicionales (cruceta y botones) para desempeñar la mayor parte de acciones.
En cualquier caso, la funcionalidad está por encima de todo, y en esta ocasión la doble pantalla es la que juega un papel crucial, ofreciéndonos dos formas de juego tan diferentes como unidas, presentando un apartado gráfico bidimensional colorido y lleno de vida. Mario y Luigi se mueven con graciosas animaciones en la "dual screen", siendo apoyados por una correcta traducción al castellano, las famosas voces de Charles Martinen y composiciones muy alegres, seña de identidad de Yoko Shimomura (responsable de las melodías de Kingdom Hearts o Little King's Story).